POTRERILLOS, MUCHO FRIO, BUENA PESCA

Con el objetivo de vengarnos del pésimo sabado anterior en el Embalse, decidimos el mediodía del 15 de septiembre ir a pescar nuevamente a este hermoso espejo, tal cual lo hemos venido haciendo estos últimos cuatro fines de semana.
El sábado 8 de septiembre, cuando hubo viento zonda en Mendoza, no tuvimos ni un solo pique, a diferencia de los otros dos domingos anteriores el 26/8 y el 2/9, en los que se sacaron 4 truchas (incluida Josefina, marrón de 2,6 kg) y 5 de entre 600 g y 1kg respectivamente.

Vestidos con térmicos, guantes y gorritos partimos después de almorzar hacia Potrerillos, mi amigo David Vitale y quién escribe Rubén Carletto. Por las condiciones climáticas imperantes nadie más nos quiso acompañar jaja!
Grande fue la sorpresa cuando arribamos y vimos como el personal de una de las empresas constructoras del Perilago estaban con una máquina cerrando todos los caminos de acceso a las orillas del embalse. Sin intenciones de abandonar la misión, nos pusimos nuestros waders, chalecos, cañas en mano y a caminar unos cuantos cientos de metros que nos separaban de unas hermosas bahías.
La temperatura del aire era de tan solo 1ºC, estaba muy nublado y se veían precipitaciones en la zona del cerro Cacheuta y un imponente cóndor volando con dificultad (corregía el vuelo permanentemente con sus alas) debido al viento, sobre la Ruta Nacional 7.
Me adentre en una islita en el interior de la bahía,y comencé a lanzar con mi linea de flote. Todo duró un segundo, en el tercer lanzamiento, vi aparecer desde mi izquierda un torpedo de lomo verde oliva-marrón, de un gran porte, más de 50 cm seguro, e instantáneamente mi caña de curvó muy violentamente hacia el agua. Instintivamente la levanté, para ya no sentir nada y al recoger darme cuenta que me había cortado el tippet.
Seguí intentando un rato más y como a flote no ocurría nada, decidí probar con shooting, lo cual también me ayudaría a castear mejor debido al viento incesante que corría.
Luego de unos cambios de señuelo y probar distintas profundidades se enganchó un ejemplar muy fuerte y peleador. Que al cabo de unos momentos buscó refugio en las rocas de las profundidades, donde quedó atrapada mi línea y tuve que cortar. La tercera es la vencida, lanzando hacia mis espaldas enganché una marrón, la cual se liberó de mi mosca sin rebaba en la orilla sin que me diera a tiempo a tomar la foto de rigor.
Así las cosas, cuando quedaba sólo una hora de claridad llegó a mi posición David junto al fiel e inseparable Homero. Canino con pelaje con propiedades aislantes que le permiten bucear en las gélidas aguas del Embalse sin la ayuda de wader alguno, que cuando sacude el agua asimila una Wolly Bugger negra.
Le comenté mis resultados y él me dijo que más allá de haber tenido numerosos piques no había podido clavar ninguna.
Seguimos lanzando en ambas direcciones conforme lo permitía la islita, no sin insultar la vegetación presente, que con la ayuda del viento, enredaba nuestras líneas cada tanto. Estaba oscureciendo y la temperatura iba en descenso. Fue cuando David me propuso que volviéramos, el instante en que un violento sacudón me obligaba a decirle que no. Temiendo que hiciera lo mismo que su amiga, la peleé más violentamente que la que se fue a las rocas. Grave error teniendo un tippet 3X, en un movimiento brusco me cortó la línea nuevamente. En ese preciso instante que dejaba de sentirla en mi caña, la de David, que estaba tirando hacia el otro lado, se arqueaba discriminando la fuerza de un hermoso ejemplar. La pelea se extendió durante unos 10 minutos en los que temíamos se refugiara en la vegetación de las profundidades. Pero mi amigo le brindó una formidable batalla que se lo impidió. Con el ejemplar fuera del agua hicimos los ritos de rigor, pesaje, mediciones y la infaltables fotos que acompañan esta nota. Marrón de 1,4 Kg, 50 cm, un poco flaca para la longitud, pero propio de la época en la que se están recuperando del desove. Finalizado esto, fue devuelta al generoso Embalse Potrerillos.
Y así finalizó una tarde de pesca fría, pero muy entretenida, que me deja la enseñanza que como se están dando las cosas en este hermoso lugar, hay que usar tippet más resistentes, intentar a distintas profundidades y evitar al máximo que los salmónidos se refugien bajo las rocas y plantas. Todo esto si se pesca desde la orilla.
Hasta el próximo reporte, saludos a todos y buena pesca.

“No hay nada más lindo que comer una trucha junto al agua, y no hay nada más lindo que devolver una trucha al agua.